La Paz, 2 de diciembre (ANF).- El director del Hospital
Obrero, Carlos Guachalla, informó que el agua que provee la Empresa Pública y Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) continúa con una elevada
cantidad de cloro y que la misma requiere de un costoso y largo proceso de
purificación para poder ser utilizada en las diálisis de los enfermos renales, por lo que ahora realizan de forma
excepcional el procedimiento diálisis seca a los pacientes con problemas
renales.
“Actualmente lo que estamos haciendo es un procedimiento que
se denomina diálisis seca. Esperemos que esta situación se normalice para poder
realizar la diálisis de forma correcta”, dijo Guachalla y explicó que este
procedimiento no debe ser utilizado rutinariamente sino muy excepcionalmente.
“Nosotros hacemos los análisis cada dos horas y también lo
hace EPSAS, los resultados con el método del colorímetro nos ha dado parámetros
diferentes por eso se ha determinado que intervenga el INLASA (Instituto
Nacional de Laboratorios de Salud). El resultado que tenemos es que el agua
continúa con un alto porcentaje de cloro, con ese porcentaje no se puede
utilizar esa agua para hemodiálisis”, agregó.
Por su parte, José Bilbao la Vieja, representante de los
enfermos renales comentó que la situación es crítica. Señaló que el tratamiento
de diálisis corriente que se les realiza consiste en extraer líquido y toxinas que el cuerpo no desecha, ya que muchos no tienen la capacidad
de orinar; en cambio la diálisis seca consiste únicamente en extraer líquido
del paciente renal y no los tóxicos que se quedan en la sangre, lo que podría
ser muy peligroso para su salud.
“La gente de EPSAS está jugando con la salud. Estamos muy
preocupados no vamos a poder aguantar hasta el lunes en esta situación, están
esperando una muerte masiva, esto puede ser una tragedia”, lamentó.
El Director del Obrero detalló que el Hospital ha tenido que aumentar
cuatro cilindros de filtro, para poder procesar y purificar el agua. "Ese proceso es muy
costoso y moroso, tardamos unas ocho horas”, dijo. Como ejemplo detalló que de 10
litros de agua procesada, el resultado es dos litros de agua utilizable para
hemodiálisis, es decir el agua que pueda estar en condiciones de estar en
contacto con la sangre de los pacientes.
Actualmente, el Obrero tiene 300 pacientes renales, de los cuales, atiende a 80 por día. Comentó que en los últimos años se ha aumentado
considerablemente la cantidad de pacientes, hace un par de años se
detectaba seis nuevos casos por mes, pero ahora se detecta 16 y el nosocomio
apenas cuenta con 20 máquinas de hemodiálisis.
/MAMP/ MVV/
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