viernes, 2 de diciembre de 2016

Por la mala calidad del agua, aplican diálisis seca a los enfermos renales en el Hospital Obrero



La Paz, 2 de diciembre (ANF).- El director del Hospital Obrero, Carlos Guachalla, informó que el agua que provee la Empresa Pública y Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) continúa con una elevada cantidad de cloro y que la misma requiere de un costoso y largo proceso de purificación para poder ser utilizada en las diálisis de los enfermos renales, por lo que ahora realizan de forma excepcional el procedimiento diálisis seca a los pacientes con problemas renales.

“Actualmente lo que estamos haciendo es un procedimiento que se denomina diálisis seca. Esperemos que esta situación se normalice para poder realizar la diálisis de forma correcta”, dijo Guachalla y explicó que este procedimiento no debe ser utilizado rutinariamente sino muy excepcionalmente.         

“Nosotros hacemos los análisis cada dos horas y también lo hace EPSAS, los resultados con el método del colorímetro nos ha dado parámetros diferentes por eso se ha determinado que intervenga el INLASA (Instituto Nacional de Laboratorios de Salud). El resultado que tenemos es que el agua continúa con un alto porcentaje de cloro, con ese porcentaje no se puede utilizar esa agua para hemodiálisis”, agregó.

Por su parte, José Bilbao la Vieja, representante de los enfermos renales comentó que la situación es crítica. Señaló que el tratamiento de diálisis corriente que se les realiza consiste en extraer líquido y toxinas que el cuerpo no desecha, ya que muchos no tienen la capacidad de orinar; en cambio la diálisis seca consiste únicamente en extraer líquido del paciente renal y no los tóxicos que se quedan en la sangre, lo que podría ser muy peligroso para su salud.

“La gente de EPSAS está jugando con la salud. Estamos muy preocupados no vamos a poder aguantar hasta el lunes en esta situación, están esperando una muerte masiva, esto puede ser una tragedia”, lamentó.

El Director del Obrero detalló que el Hospital ha tenido que aumentar cuatro cilindros de filtro, para poder procesar y purificar el agua. "Ese proceso es muy costoso y moroso, tardamos unas ocho horas”, dijo. Como ejemplo detalló que de 10 litros de agua procesada, el resultado es dos litros de agua utilizable para hemodiálisis, es decir el agua que pueda estar en condiciones de estar en contacto con la sangre de los pacientes.

Actualmente, el Obrero tiene 300 pacientes renales, de los cuales, atiende a 80 por día. Comentó que en los últimos años se ha aumentado considerablemente la cantidad de pacientes, hace un par de años se detectaba seis nuevos casos por mes, pero ahora se detecta 16 y el nosocomio apenas cuenta con 20 máquinas de hemodiálisis.

/MAMP/MVV/

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