El avión siniestrado de la empresa LaMia.
La Paz, 30 de noviembre (ANF).- Las primeras investigaciones del accidente que mató a 71 personas al estrellarse un avión en las cercanías de Medellín, Colombia, establecen como hipótesis principal del hecho a la escasa autonomía de vuelo de la aeronave, de poco más de cuatro horas, precisamente el mismo tiempo del trayecto entre Santa Cruz y esa ciudad.
Medios de comunicación de Colombia señalan que es una irregularidad que haya sido autorizado un viaje de unos 2.900 kilómetros que separan a Santa Cruz de la Sierra, de donde partió el avión, y el aeropuerto de Medellín. El avión tenía justamente una autonomía de ese kilometraje, por lo que el riesgo de quedar sin combustible era evidente.
Además, el aparato Avro RJ85, de fabricación británica y operado por la empresa aérea LaMia, y que llegaba con el combustible justo, tuvo que esperar a aterrizar porque otro avión, un Boeing 320, pidió preferencia porque tenía una fuga de combustible.
No se entiende cómo el piloto del avión de LaMia, el boliviano Miguel Quiroga, aceptó aquello y no demandó él esa preferencia, considerando que su situación era de extremo riesgo.
Los especialistas señalan que el piloto del avión boliviano debió informar de inmediato a la torre de control de su situación, un procedimiento que se conoce como "solicitud de vectores", es decir pedir la ruta más rápida para aterrizar en el aeropuerto de destino o demandar una pista cercana.
Los controladores aéreos de Medellín nunca recibieron del piloto la declaración de emergencia y con ello siguió la confusión más absoluta y un drama indecible.
Al quedar el avión sin combustible, dijeron fuentes de aeronavegación civil a medios de Colombia, se produjo un corte eléctrico, que solo agravó las cosas y terminó con el avión estrellado en un cerro cercano a Medellín, con 71 personas fallecidas, seis sobrevivientes y casi la completa desaparición del equipo brasileño de fútbol Chapecoense, que debía disputar este miércoles la final de la copa Sudamericana contra Atlético de Medellín.
Actualmente se investiga si los permisos obtenidos por LaMia, una empresa originalmente venezolana, para operar en Bolivia, eran adecuados.
/RPU/
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